El empleo inteligente de la Red puede reforzar vínculos entre las comunidades virtuales: O. Islas
Arturo Ávila Cano avilacano@yahoo.com | México, D.F | 01/10/2004 | 00:20:00
“En términos de comunidades virtuales van a tener más éxito aquellas que estén vinculadas con causas sumamente sensibles y profundas que busquen beneficiar a amplios sectores de la población”, asegura el maestro en Nuevas Tecnologías por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Octavio Islas.
Para el autor del libro Explorando el ciberespacio iberoamericano, un buen ejemplo de una comunidad virtual que desarrolla un activismo intenso en la Red es la ligada al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los argumentos sólidos desplegados en el ciberespacio por el EZLN lograron desplegar toda una red de simpatizantes que entendieron las propuestas de los guerrilleros mexicanos como todo un proyecto de vida. Esta característica le otorgó a los mensajes del Subcomandante Marcos una capacidad de propagación impresionante.,
Durante la presentación de la base de datos de la Revista Mexicana de Comunicación en el World Trade Center de la ciudad de México, el creador del Proyecto Internet del ITESM, platicó con el INFONAUTA acerca de las comunidades virtuales.
Sobre éstas, dijo que son asociaciones simbólicas que admiten vida propia en el ciberespacio, donde se reúnen en torno a intereses comunes, ya sean de sentido lúdico, intercambio de información, etcétera. Son prolongaciones sociales que han hecho del ciberespacio un punto de encuentro independiente de los rasgos físicos o las credenciales clasificadoras.
“Se reúnen más allá de toda condicionante con el fin de reforzar ciertos vínculos. Y no se limitan al Internet, sino que también desarrollan actividades en el espacio físico, en el espacio real”.
-¿Las comunidades virtuales son muy diferentes de las comunidades físicas respecto a su comportamiento?
Las comunidades virtuales presentan las mismas debilidades, las mismas virtudes que los hombres somos capaces de expresar en los ámbitos públicos y privados. Esas mismas características se advierten en la Red. Las mismas conductas, el mismo tipo de comportamiento; la gente se enamora, odia, comete delitos, guarda rencores, establece su vanidad, proyecta su soberbia o desarrolla su burbuja personal.
También hay desdoblamiento de personalidades que en un momento dado llevan a determinado tipo de conductas hacia los extremos, pero honestamente no hay más posibilidad de encontrar comportamientos anormales en el ciberespacio que en la vida física.
El autor de libros como Internet, el medio inteligente, estima que cada vez tendremos una participación más activa, más vinculada con esta nueva dimensión que es el ciberespacio, a pesar de que aún deberemos jugar los roles clásicos que nos exige formar parte de determinadas instituciones como la familia, la sociedad o los grupos académicos.
Y es que hay asuntos como el e-gobierno, la e-democracia, la e-educación o la e-ciudadanía que nos obligarán a cambiar nuestra forma de participación en la sociedad, pues formamos parte de un imaginario colectivo, de un proyecto que debe atender determinado tipo de necesidades.
La vida pública ya no se agotará en la polis física sino que exige ya un espacio simbólico de interacción muchísimo más complejo.
Para que las comunidades virtuales lleguen a extenderse y conformarse como las comunidades físicas, Islas advierte que deberán hacer un uso inteligente de la Internet, pues así podrán reforzar sus vínculos, y harán de la Red un mejor espacio de sociabilidad.
De tal modo, reconoce la urgente necesidad por rescatar a Internet como un medio público, y para lograrlo estima que debemos establecer un programa de educación para que nuestro acceso a Internet no sea egoísta, individual, improductivo. “Debemos pensar en educar al usuario para que su acceso sea inteligente y a nivel comunitario”.
No obstante, no todas las comunidades virtuales desarrollan actividades visibles, lícitas. En la Red existen cierto tipo de sociedades secretas, auténticas cofradías que desarrollan cierto tipo de actividades, y que no aceptan con facilidad a cualquier persona.
Algunos de estos grupos son los famosos “hackers”, crakers o los llamados “monkeys”, que desarrollan actividades ilegales con el propósito de desestabilizar al sistema o al llamado establishment.
“Para reservarse el derecho de admisión establecen ciertas delimitaciones, como pueden ser las habilidades técnicas”, declara el director de la publicación electrónica Razón y Palabra.
-¿No es esto paradójico, es decir, el que se desarrollen sociedades secretas en un espacio que es considerado abierto a todas las expresiones, en donde uno puede acceder a cualquier sitio con gran facilidad?
“En cualquier tipo de sociedad es muy normal que en un momento dado determinados grupos desarrollen ciertas prácticas de culto muy particulares y lleguen a establecer ciertos sistemas de exclusión para aquellos que consideren extraños, diferentes. A lo largo de la historia de la humanidad se ha presentado este fenómeno. Y no resulta paradójico que estos grupos desarrollen actividades secretas en la web invisible”.
La academia de AL está sumida en el conservadurismo
Al preguntarle sobre el tipo de comunidades virtuales a las que él mismo pertenece, declaró sentirse decepcionado de aquella que forman los llamados investigadores en comunicación de la escuela tradicional, pues llegan a representar una especie de mafia que no permite el adecuado intercambio de ideas, y el desarrollo de nuevas propuestas de investigación."Dichas comunidades se quedaron con sus postulados teóricos de la Guerra Fría", añadió.
Particularmente cree que en América Latina nos intoxicamos de soberbia, y por eso, nuestra contribución a las teorías de comunicación es muy pobre, terriblemente incipiente gracias a nuestra cerrada postura ideológica.
Islas no titubea al declarar que durante mucho tiempo fue marginado de muchas comunidades académicas de Latinoamérica, debido a su interés por estudiar todo lo relacionado con la Sociedad de la Información.
Sin embargo, confiesa que ha sido bien recibido entre las comunidades virtuales de periodistas y de investigadores en nuevas tecnologías. “A través de pláticas y correos electrónicos he entablado contacto con periodistas de todo el mundo a los que físicamente no conocía. Hemos hecho un exquisito intercambio de información.
Confiesa que para él ha sido algo inédito el hecho de descubrir grupos de periodistas, analistas, investigadores muy dedicados al tema de Internet y de las nuevas tecnologías de la información. Entre ellas destaca a la Sociedad Iberoamericana de Periodistas en Internet.
“Desarrollan una actividad impresionante, con una actitud muy generosa para el intercambio de trabajo en la Red, para la cooperación. Eso me ha sorprendido mucho”.
-Doctor Islas, usted menciona que el éxito de las comunidades virtuales, y el desarrollo de éstas, dependerán de su grado de generosidad, de asociación, de solidaridad para poder consolidar una verdadera Sociedad de la Información, una Sociedad del Criterio…
“La Sociedad de la Información y del Conocimiento sigue siendo una utopía imprecisa. Lo único cierto es la gran dependencia en materia tecnológica, y la abundante información que va a estar al alcance de nuevas y mejores generaciones”.
“Cierto es que todo ha mejorado en términos de acceso a la información, pero de que ésta sea susceptible de convertirse en conocimiento, y que transforme la calidad de vida de los ciudadanos… no lo sé. Hay quien piensa que el desarrollo de la Sociedad de la Información es el mejor negocio que Bill Gates pudo jamás soñar”.
Para Islas, la Sociedad de la Información es un escenario de terribles incertidumbres, en el cual el llamado comercio electrónico podría resultar enormemente favorecido. “Quisiera creer que no será así”, agregó.
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